Existen tres ermitas en el municipio de La Toba: la de Nuestra Señora de la Quita Angustia, la de la Virgen de la Soledad y la de San Bartolomé.

Ermita de la Virgen de la Soledad

La de la Virgen de la Soledad es aneja al campo santo. Es un edificio de planta cuadrada, una sola planta y cubierta a cuatro aguas. Tiene un soportal en la fachada principal. La entrada en un principio debía constar de dos puertas bajo arcos de medio punto en piedra, pero en algún momento tapiaron uno de los arcos. Recientemente se restauró el edificio, ya que, presentaba numerosas humedades que hacían peligrar la estabilidad de sus muros y de la cubierta por las mismas razones. Se procedió al saneamiento de dichas humedades en los muros y a la sustitución de todo el armazón de madera de la cubierta por uno nuevo y más ornamental. La construcción puede que sea del siglo XVIII.

Ermita de Nuestra Señora de la Quita Angustia

La de Nuestra Señora de la Quita Angustia es un edificio de menores proporciones y está situada a pocos metros de una de las entradas del pueblo. De planta cuadrada y cubierta a 4 aguas. Recientemente, también se procedió a su restauración, ya que, adolecía de los mismos males que la ermita anterior. Esta construcción es mucho más moderna, pudiendo ser de finales del siglo XIX o principios de XX.

Ermita de San Bartolomé

La de San Bartolomé está situada al lado del embalse de Alcorlo y es anexa al campo santo donde reposan los restos de sus vecinos. Fue construida a principios de los años ochenta del pasado siglo. Se encargó de su construcción la Confederación Hidrográfica del Tajo, así como de su restauración en el año 2000. El edificio es de planta rectangular de una sola planta y cubierta a dos aguas, presentando dos niveles en la cubierta. Todos los años los hijos de Alcorlo realizan una romería el día de San Bartolomé (24 de Agosto) al pie de su ermita.

Existía una ermita más en La Toba, la de San Roque, situada en otra de las entradas del pueblo. Sin embargo esta antigua ermita fue vendida por el párroco hace muchos años y paso así a manos privadas, con el consiguiente malestar de los feligreses. Se conserva el edificio pero no su uso como ermita.

Las ermitas de esta relación fueron restauradas durante los años 2000 y 2001 gracias a las aportaciones económicas de vecinos de la Toba y Ayuntamiento de La Toba.